sábado, 21 de abril de 2007

Antigua villa murada con la iglesia rehabilitada y con la ermita en obras

Castrillo de Onielo está enclavado en una atalaya natural que domina los valles por los que discurren los arroyos Maderano y Charcón. Siglos atrás, la localidad contó con un castillo y una muralla, de los que aún se conservan restos, como la torre de la fortaleza o las dos puertas del recinto murado por las que se accede al pueblo. El recorrido por el patrimonio continúa por la iglesia de Nuestra Señora de la Paz, recientemente restaurada, que conserva vestigios de su original fábrica románica del siglo XII: dos entradas con archivoltas decoradas. Merece también una visita la ermita de la Virgen de Villagustos, a pesar de que ahora se encuentra en obras.

Fuente: El Norte de Castilla

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